HERMANDAD DE NUESTRA SEÑORA DE LA ESPERANZA
El sol lució en el cielo y pudo rozar tu cara, madre de la Esperanza.
Un Martes Santo más diste ese alivio y ese amor que toda tu ciudad te pedía, fuiste refugio de muchos y mucha y repartiste esperanza (que hace mucha falta en este mundo).
Tus mantillas fieles, tus costaleros fieles, tus capataces, tus penitentes, todos y todas llenos y llenas de emoción, los fotógrafos y fotógrafas desde fuera, tus músicos y músicas, todos y todas pudimos disfrutar de una petalá tan emotiva y pudimos disfrutar de ti, Señora, un año más.
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